
Detroit tiene la gloria de ser la cuna de los tres más importantes fabricantes de vehículos norteamericanos: Ford, General Motors y Chrysler. Pero esa gran condecoración no pudo evitar que en el 2013, la ciudad entera fuese declarada en bancarrota con una estrepitosa y mediática caída.
La buena noticia es que cuando uno ya ha tocado fondo, no queda otra alternativa que comenzar a juntar fuerzas, unir recursos y renacer. Detroit en la actualidad es una ciudad en estado de renacimiento que ha comenzado a atraer las miradas de muchas personas con visión de futuro en búsqueda de un nuevo sueño americano.
Lo primero que sentirás al ingresar en Detroit, es el latido de una ciudad que se encuentra en terapia intensiva pero a medida que vayas adentrándome en ella, comenzarás a ver destellos de luz que brillan como joyas escondidas dentro de un antiguo arcón. La emoción comenzará a calmarte profundamente y comprenderás que las apariencias a veces no son tan importantes como el espíritu que infla el pecho de quienes se han puesto en movimiento y están decididos a recuperar el esplendor perdido.
Las movidas del Street Art en las calles de Detroit son dramáticas, algunas desgarradoras y otras llenas de pasión y empuje. No cabe duda que se te pondrá la piel de gallina cuando veas algunos grafitis. Si las emociones fuertes son lo tuyo, en Detroit no te vas a decepcionar. La colección del Instituto de Arte, que estuvo al borde de ser prácticamente regalado para saldar deudas, cambió su trágico destino por un milagro de último momento y hoy día podrás disfrutar de los imponentes murales industriales que pintó Diego Rivera en la década de los años 30, donde se inmortalizan los obreros de las automotrices en su época de oro.
Podríamos comparar a los pobladores de Detroit como una comunidad de espartanos. No por una actitud belicosa sino por su espíritu de lucha incansable y su temple de acero. Gente que te inspirará y que te llenará de valor. Personas que te mostrarán cuáles son las cosas importantes de la vida. Muchos de sus actuales habitantes son calificados como hipsters pero no importa cómo se muestran, la realidad es que son jóvenes con espíritu emprendedor, sueños de gloria y muchas ganas de trabajar y salir adelante.
Nada es tan malo como una mala publicidad pero en Detroit tienes que andar con los ojos bien abiertos, la mente despejada y el estado bien alerta. Usa tu sentido común en todo momento y tu visita por Detroit tendrá muchas anécdotas felices e inolvidables.
Otra de las ventajas de conocer Detroit es que estarás muy cerca del país vecino: Canadá. Lo único que los separa es el río Detroit. Desde 1997 este río fue integrado al sistema de ríos del patrimonio estadounidense. Y en el año 2001, también fue designado como integrante del Sistema de ríos del patrimonio canadiense, siendo el primer y único río hasta la fecha, con ambas consideraciones.