
Que el nombre no te confunda. El Naples que te vamos a recomendar está en el Condado de Collier en el Estado de Florida, Estados Unidos de Norteamérica.
Naples es para muchos un ejemplo tangible de un gran sueño americano hecho realidad. El sueño del Señor Barron Collier. ¡Y vaya si fue un gran sueño! El condado lleva su nombre y Naples, la inspiración de su visión, es la ciudad cabecera del condado.
Naples se encuentra a tan solo 200 kms de Miami, y a 126 kms del Parque Nacional de los Everglades, lo cual no es mucho según la vara norteamericana de distancias.
Al llegar a la ciudad, lo primero que te sugerimos hacer, antes de ir corriendo a la costa, es dar un paseo por el centro histórico de la ciudad que no es muy grande pero es muy completo y muy bonito. La calle principal donde se despliegan los comercios y las tiendas es la 5ta. Avenida del lado Sur. Toma nota bien de la coordenada geográfica porque la ciudad se divide en Norte, Sur, Este y Oeste y algunas numeraciones se repiten con la sola diferencia de la orientación geográfica. Aprovecha a disfrutar del buen clima de la ciudad y luego cuando ya estés en sintonía con el ambiente, dirígete hasta el Mercado Wynn´s. Aquí no solo encontrarás un mercado tradicional sino también lugares pintorescos para degustar cosas increíbles. El Mercado de Wynns se encuentra sobre la Calle 9, altura 141 orientación Norte.
Nosotros hicimos una breve pasada por la Panadería del Mercado de Wynn´s porque tiene fama de ser la mejor de la ciudad con su producción de delicias locales y exóticas. Pedimos una porción de torta alemana que estaba en el exhibidor y una gran y estilizada baguette francesa para llevar. Envuelta en un hermoso papel madera, nos pusimos la baguette bajo el brazo y el aroma a recién salida del horno nos embrujó. Corrimos como desesperados los pasillos del mercado hasta que llegamos a la Carnicería. Allí no solo se exhiben diferentes cortes de carnes de vaca, pato, pollo, cerdo, conejo y otros, sino que también hay salchichas, embutidos y comidas preparadas para llevar. Nuestra baguette humeante y crujiente definió el resto de ingredientes y terminamos comprando quesos, salsas y pastrami. Solo nos faltaba una bebida para acompañar nuestra canasta de pic nic así que antes de salir emocionados y ya con el estómago totalmente estimulado y rugiente, ingresamos a la vinacoteca. La variedad de precios y alternativas es tal que terminamos mareados antes de haber bebido algo siquiera, así que el encargado del local, el amable Sr. Bill nos recomendó un tintillo que combinaría perfecto con nuestro pan francés, los embutidos italianos y los quesos de Naples.
Las playas de Naples parecen extraídas de una postal paradisíaca. Ya teníamos la comida así que ahora para completar el día de playa y glamour solo nos restaba encontrar el sitio perfecto. Teníamos que elegir, al norte la zona de playas vírgenes con manglares. Muy tentadoras por cierto, pero la baguette expiraba sus últimos y tibios suspiros así que optamos por la playa más cercana a nosotros: Lowdermilk Beach, cerca de la 5ta Avenida y la Calle 3. Cayendo la tarde, recostados bajo una palmera y sobre la arena blanca, el crujir de nuestro sándwich combinó de manera deliciosa con la brisa salada de un interminable mar azul.