CityTour

Golden Isles

En los Estados Unidos de Norteamérica hay lugares para vacacionar para todos los gustos. Así como están los trotamundos, quienes aman las experiencias novedosas y la adrenalina de los descubrimientos,  existen otra clase de viajeros que gustan de sentirse como en casa en cada lugar que visitan.

Golden Isles es uno de esos sitios donde al ingresar a cada tienda, hotel o restaurante, uno se percibe de forma inmediata bienvenido y mimado como en ningún otro lugar. Es que en la región de Golden Isles el arte del servicio adquiere un nivel que supera al profesional. Ya es un toque distintivo de la ciudad, una cualidad que emana con un dulce perfume de su población. Su gente y su calidez es el mejor atributo y si bien posee muchos atractivos artísticos, paisajísticos y urbanísticos, el aspecto cultural e histórico es fundamental. Golden Isles es según nuestra sensación, el anfitrión ideal. Amistoso, amable, servicial, siempre disponible y sobre todo acogedor y atento. Creemos que ninguna estrategia de marketing podrá transmitir este poderoso condimento así que sin más que elogios para dedicarle a este lugar, te vamos a contar algunas de las cosas que puedes hacer para conocer y sumergirte en este mundo maravilloso que es Golden Isles.

Golden Isles en el Estado de Georgia es un distrito compuesto por una barrera de cuatro islas y una ciudad portuaria llamada Brunswick. Las islas son  St. Simons, Little St. Simons, Jekyll, y las  Sea Islands.

La primera impresión al arribar a la región es muy nostálgica. Las casas históricas están tan bien conservadas que parecen extraídas de una película de principio de siglo. Los robles centenarios y la vegetación exuberante parecen desconocer los maleficios de la polución y el avance de las eras. Todo parece prístino y virginal. De a ratos tenemos que pellizcarnos para sentir que no estamos soñando. De pronto un aroma delicioso nos obliga a hacer un alto en el camino. Ya  fuimos alertados que la gastronomía de Brunswick es el mejor embrujo de la región. Intentamos negarnos a la tentación de entrar a un restaurante que tiene un toldo a rayas sobre su vitrina, pero el efluvio ya se ha apoderado de nosotros y no tenemos escapatoria. Ingresamos y una camarera de amplia sonrisa y delantal verde nos acompaña a nuestra mesa. Junto con el menú nos entrega una carta de bienvenida y una lista de sugerencias para recorrer la región.

En la tapa de cuero y con letras doradas un texto nos informa:

«Este menú no es solo un listado de comidas fogosas y exhuberantes. Es una invitación a un mundo desconocido lleno de sensualidad y sensaciones que dejarán impronta no solo en su paladar sino en su alma, si está dispuesto a emprender el viaje de ida con nosotros, lo invitamos a llamar a nuestra camarera y pedirle la sugerencia del día».

La llamamos y mientras esperamos que nuestra orden llegue a la mesa, vemos a través de la ventana, un trencito de turismo lleno de pasajeros a bordo. Sobre uno de los laterales del tren se ve un  anuncio con letras grandes: Conozca la Avenida de los Robles (Avenue of the Oaks). Miramos la fotografía y un túnel formado por dos filas de robles ampulosos y campos de algodón de fondo nos llama la atención. La camarera llega con nuestra comida y el mundo desaparece, por un instante nos hemos olvidado que el mundo existe y lo único que hallamos en nuestra mente es este mágico y extra delicioso momento. No hace falta resistirse, ya hemos caído bajo el poder de Golden Isles y lo único que podemos hacer es disfrutar, relajarnos y gozar.

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