Habiendo pasado la noche en la hermosa ciudad de Denver, nuestro siguiente destino fue Telluride, ubicada a unas 6 horas y media en auto. Mucha gente nos había comentado que no podíamos dejar el Estado de Colorado sin haber conocido esta ciudad así que hacia allí nos dirigimos.
Telluride está encajonada, protegida por las montañas del Sistema de San Juan y como se encuentra como escondida, con una sola ruta por la cual se entra y se sale, la gente de la región la considera la joya oculta del sistema de las Rocosas.
Para nuestra sorpresa, que esperábamos una pequeña ciudad de montaña, Telluride es realmente una gema. Brillante, sofisticada, estética y ecléctica. Posee una arquitectura llamativa pero elegante, posee resabios de la época victoriana, tiendas variopintas, boutiques y galerías de arte, ni hablar de los atractivos restaurantes gourmet con propuestas que realmente dan ganas de probar, edificios históricos desconcertantes y gente muy amable e instruida. Telluride es una alegría para el alma.
Durante el invierno, la ciudad se inunda de esquiadores en diferentes modalidades. Pero nosotros llegamos en otoño, con lo cual los centros de esquí ofrecen otras alternativas interesantes como Centros de SPA, propuestas de trekking por la montaña y senderismo por el bosque en búsqueda de mágicas cascadas como la Bridal Veil Falls. Aquí nos dimos cuenta de que Telluride tiene un pequeño poblado satélite a tan solo 300mts sobre la montaña: Mountain Village que fue fundado hace muy poco tiempo en 1987. Gracias a un teleférico que es gratuito, tanto Telluride como su pequeña vecina Mountain Village, están conectadas durante todo el año.
Pero primero lo primero. Ni bien llegamos, nos dispusimos a conocer un poco más de la ciudad. Para ello nos dirigimos al Museo de Historia de Telluride donde al salir, un folleto llamó nuestra atención. City tours y visitas en jeep a los sitios fundacionales de la ciudad. Elegimos la visita a las minas y así se completó nuestra idea sobre el espíritu de los colonos que fundaron esta ciudad.
Varios detalles curiosos harán que Telluride permanezca como una ciudad llena de anécdotas en nuestra bitácora: De una forma hoy en día considerada controversial, Westinghouse utilizando las patentes de Tesla construyó en 1891 el tendido eléctrico para las minas de oro de Telluride. El sistema aquí utilizado consistía en un generador a partir de agua de 100 CV que alimentaba a un motor de 100CV a través de una línea eléctrica de 4 kilómetros usando un sistema polifásico. Butch Cassidy robó su primer banco en Telluride el 24 de junio de 1889. La ciudad posee un sistema de transporte llamado The Galloping Goose Transit System . El autobús más antiguo de este sistema funciona a combustible biodiesel, un combustible biodegradable. No hay cadenas de restaurantes o mega malls en Telluride con lo cual el “compre local” funciona de maravillas y los hallazgos que aquí tuvimos fueron maravillosos.
No contamos con más tiempo ni espacio para seguir comentando lo mucho que nos gustó Telluride así que te invitamos a venir y descubrir por ti mismo esta joya atrapada en medio de las Rocosas de los Estados Unidos de Norteamérica. No te vas a arrepentir.