
La belleza nunca es por demás, pero existe un lugar en el mundo donde absolutamente todo lo que mires te asombrará.
En Alaska el aire huele a bosque y a lluvia, los glaciares son brillantes y azules, el cielo es ciclotímico y la gente es cálida y cordial. Skagway es un pueblo pequeño que con cada llegada de un crucero (aproximadamente arribaron 400 cada verano) aumenta en diez veces su población estable. El centro de la ciudad está preparado como un parque temático. Posee una calle principal llamada Broadway de tan solo siete cuadras, flanqueadas con edificios restaurados a imagen y semejanza del aspecto que tenían hace un siglo atrás, cuando los buscadores de oro se lanzaban en hordas afiebradas hacia las zonas más frías del continente. La ciudad de Skagway forma parte del “Klondike Gold Rush National Historical Park”, que protege diferentes lugares históricos de la época de la fiebre del oro en Canadá y Estados Unidos.
Si eres de la clase aventurera, el parque posee decenas de senderos bien señalizados para recorrer. La mayoría parte desde los alrededores de Skagway y algunos incluyen un paso por las tumbas de célebres personajes como Soapy Smith y Frank Reid, que forjaron leyendas en la zona. El Camino a Chilkoot es uno de los trekkings más buscados por los viajeros que aman las travesías a pie. Es un recorrido de 3 a 4 días que solía hacerse en estampida por los buscadores de oro que deseaban llegar hasta los campos dorados de Klondike. Para hacer este sendero, deberás registrarte con antelación ya que los albergues de la ruta tienen un cupo limitado y el acceso es restringido.
Una de las cosas obligadas para hacer en Skagway es conseguir un ticket de tren de la empresa The historic White Pass & Yukon Route railroad. Sus recorridos e itinerarios atraviesan escenarios naturales de tan magistral belleza que tendrás que sostenerte la mandíbula con la mano para que no se te caiga al piso. Uno tras otro irán desfilando ante tus ojos el impresionante Glaciar Gorge, el Dead Horse Gulch (Quebrada del Caballo Muerto) y las cascadas Bridal Veil (Velo de Novia) entre otros paisajes que ni nos atrevemos a describirte a fin de no desmerecer su belleza. “El hechizo de Yukon” es infalible.
En Skagway no existe otro medio más perfecto y adecuado que el The historic White Pass & Yukon Route railroad para descubrir y recorrer los majestuosos paisajes de Alaska. Provistos de locomotoras a vapor y un gusto exquisito en cada uno de sus vagones, todas las excursiones que la empresa provee son una experiencia de placer y extrema sensualidad.
Si la pesca es una de tus pasiones, en los alrededores de Skagway existen locaciones para aislarte del mundo y sentir la paz, sensación que solo se verá interrumpida por una ocasional avioneta paseando turistas (flightseeing). La pesca del salmón es abundante en Skagway y los restaurantes te ofrecerán manjares extraordinarios a base de pescado. Skagway es un pueblo preparado para estimular no solo tu paladar sino otros sentidos que ni sabías que tenías.
¿Qué más podríamos agregar para convencerte de que Skagway es uno de los lugares que tienes que tener en tu lista de maravillas visitadas?
Skagway es el lugar donde el romanticismo, la pasión y la sed de aventuras de antaño aún vibran en cada esquina de la ciudad. Si quieres renovar el sentido de tu vida, a Skagway debes ir.